El “bebetín”, mi gato siamés, que realmente no es de mi propiedad, es de los humanos y humanas de la llamada puerco cueva —mi casa— ; es un conquistador per se. Así como se frota en las piernas de Morcillo, puede subirse en las piernas de Sam, o dormir plácidamente a los pies de mi gran amigo Juan Manuel, o saquear la mochila de Jenni; incluso en mi última cruda después de la entrevista con Fadanelli en la que terminé dos días excretando no se que sustancias, el bebetín se comió mi torta “Thalía” —que en una noche de copas, compartí con el Pillo Vazquéz cuando amanecimos plácidamente juntos—. Maldito bebetín, solo me dejó el pan y no aruñó –diría Naima— las rajas. A quien si le huye es a Naima, que a sus 6 años dice su madre: Lupis, que es un desastre como yo, creo exagera, simplemente es una niña educada por una psicóloga de verdad y el último beat que queda. Al bebetín no hay dama que se le resista, aún con su sucio olor a pipí y su carita negra estilo palazuelos, su pelaje antes blanco ahora grisáceo, es un imán de atracción. Al contrario de mi que soy un imán de fatalidades. Una de esas tragedias fue después del festejo de No Muy Punkxx.
“Lover man” con Ella Fitzgerald y Tino Contreras son de mis versiones preferidas; perdí los audífonos bluetooth que Jenni me dio, perdí el trabajo en La Juanita coffeeshop; he perdido amores, amigos y billetes de 500. Renuncié al laboratorio del Dr muerte porque yo era un desastre, hicimos los Avengers con el ahora renovado Dr Sanchez Castillo, Astroman y sus iniciativas siempre creativas y Juan Beat el humilde escritor basura.
Deje de colaborar en La Juanita coffeeshop, no tiene la culpa el joven destruyendo el no futuro, ni mis ex-compañeros de trabajo; buen gesto del joven del no futuro que en el aniversario de no muy punkx repartió la propina conmigo. Dos días después JB ya no era requerido; casa llena en la Juanita y acertaron un homerun; yo no llegué a safe y fui un out seguro.
Se que soy un disipado trabajando , lo intente hacer bien, como aquel tiempo en la facultad de psicología, después de mi dolorosa presentación de tesis , dónde terminé odiando a mi director: el doctor Velázquez Martínez, me arropó “Chostar”, el Dr Zamora, y aprendí, forje una gran amistad; en la comida de despedida del PHD Peter Killeen, Chostar recordaba cuando se quedó a cargo del laboratorio del Dr muerte y la irreverencia de ajuscoman y jb, los seminarios, el karat escondido en un refrigerador, y aún con nuestra particular forma de “make science” sacamos mucho trabajo de investigación. Corría experimento a las 7 am, llegaba al laboratorio 6 am y los lunes se jodían conmigo más de 30 personillas en clase de psicología experimental que daba en el edificio c de la facultad. Muchos desertaron; el implacable JB –así me dice Lupis, la madre de mi hija que no es, pero sí— no tenía capacidad de tolerancia, lo curioso, mi mejor alumna: Ayleen, acababa de entrar al laboratorio. Nunca nos llevamos bien, solo en clase, en el laboratorio yo era como una ladilla incómoda; también estaba Angélica –compartíamos el gusto del hip hop—, Mariana Lima , Nallely Uribe quienes me hicieron menos difícil dos horas de intentar explorar a Stadon y el bagaje que me dejaron las clases con el Dr Arturo Bouzas; de aquella generación aún se de Idalia , Arlette, Astroman, y varios doctores, y solo yo me quedé en la mediocridad total.
Yo impaciento a cualquier ser, pero el Dr Zamora fue siempre paciente y generoso por mi paso en el Laboratorio del Dr Bouzas; igual Leopoldo Rivera en la juanita coffeeshop. La facultad no es para mí , es mía, la Juanita no es para mí , ni mía. Mis 19 novias bajarán desde que ya no estoy en la barra sacando comandas o haciendo relaciones públicas; extrañaré a los germany, londinenses, amigos especiales, pero now is time the back to the future. Vayan a la Juanita, no destruyan nada, así como yo nunca destruiría a unas ratas wistar de laboratorio, lo tienen todo: aserrín fresco, agua y pellets caros, por su puesto saben elegir mejor que yo, y merecen un trato digno más que muchos “amigos”. Los Viejos Puercos murieron a la par que “Nunca tuvimos nada” con Chack, Morcillo y el desgrashiado JB en medio de un aborto crearon una expectativa y lo logramos, la peor banda del mundo, y esta sociedad no está preparada para lo que pasó en la Juanita; fue un momento de felicidad estar volando en brazos de quien sabe quién en el slam de los Katarro Auditivo, ese tipo de felicidad “salvaje” me llegó en momentos clave como cuando Naima nació; Lupis merece un monumento, horas y horas de espera y de repente Naima sale, dormí con Madre e hija recién nacida; aún recuerdo la primera vez que me dijo papá, nadie le dijo que yo lo era, lo intuyó, y esa es una felicidad salvaje. En un modelo muy acertado el PHD Peter Killen hace referencia a nuestro portafolio lleno de deseos, siempre compiten y aparece el discounting.
¿Qué hacemos con las recompensas? En mi caso ya no hay, solo existen pérdidas. Naima ya no está cerca , no más Juanita Coffeeshop, no mas supuesta contra cultura y alguien tiene que pagar el scotch. El tiempo no lo hará ; Chet Baker introdujo el timing behaviour con Time after time, ¿me queda poco? Solo me queda esconderme en un árbol como en Misty de Garner
¡My friend! told me Peter Killen junto con un abrazo, al menos el P.H.D. Zamora y yo supimos elegir los vinos, eso se agradece de alguien cerca inoperante y desconocido, soy un ser incapaz de controlar impulsos. Eso me recuerda que no… no hemos tenido nada y las ratas merecen pellets muy muy caros y yo el scotch de 123 pesos.