Han pasado 3 dècadas de que Eloy Tarcisio tomò las riendas de un inmueble ubicad en Primo Verdad, justo al final de una calle casi cerrada que tenìa como vecinos a los vendedores ambulantes del Zòcalo y las ruinas del Templo Mayor, sin alumbrado pùblico y una gran reja que ocultaba las expresiones del arte actual que nacìa en la Ciudad de Mèxico. El Ex Convento de Santa Teresa la Antigua pronto se erigiò como el refugio de artistas visuales, corporales y sonoros que iniciaban una larga aventura por la consolidaciòn de espacios alternativos en el todavìa priìsta centro de la ciudad.

Al interior de esos viejos muros se iniciaron los mitos de artistas y colectivos que experimentaban tambièn con los nuevos pùblicos que ahì asistìan, los nombres de: Carlos Jaurena, Eloy Tarcisio y Lorena Wolffer, se combinaron con los de: Rocìo Boliver “La congelada de Uva” La Pocha Nostra, SEMEFO, Binaria, Felipe Erenhberg, No Grupo, Katia Tirado, Pancho Lòpez; Lorena Orozco, Erika Bulle y un largo etcètera que queron vida al espacio ideal para la presentaciòn de Performance, instalaciòn y arte sonoro, artes vivas.

La Congelada de uva

A 30 años de aquella apertura, nuevamente bajo la convocatoria de Eloy Tarcisio, muchos de aquellos artistas se acompañaron de nuevas generaciones para tomar simbòlicamente el espacio pùblico fuera del museo, varias horas de acciones y mùsica hicieron recordar la dècada dorada del performance en nuestra ciudad.