Dejando de lado a los comensales comunes del Corona Capital, que año con año presumen sus mejores ouftits con florecitas y zapatos de tacón o gamuza, esos comensales que levantaron una voz común quejándose que los headliners eran pura banda del siglo pasado, la revelación de cártel del Corona Capital causó indignación en miles de rockeros.
Pero éstos fueron los seguidores del rock en español, que vieron con tristeza y coraje cómo sus comentarios concienzudos y sabiondodos del concierto de Los Fabulosos Cadillacs pronto fueron opacados y aventados al olvido del #gatito por los comentarios del cartel del Corona Capital.
Aquellas largas tesis que llevaban por título “por qué los rockeros no deberían alegrarse del triunfo de LFC porque no tocan rock sino ska”, o “si LFC hubieran tocado en otro lado y cobrando boleto no hubieran juntado ni 10mil almas”, pasando por el “que hueva, ya ni canciones nuevas tienen” y “¿Manú chao para cuando?” fueron prontamente olvidadas por las nuevas “Y por qué nada de rock en español” “Que bueno que el cartel está pitero, me están ahorrando una lana para no ir” y “cambio riñón por abono para el Corona Capital” comentarios aventados por los mismo seguidores del rock en español.
Lo más raro es que nadie se indigna con Ticketmaster que nos la deja ir cayetano suave y bonito con toda su bola de cargos inventados, fases fantasmas y, próximamente, precios dinámicos.
Eso sí, quienes más indignados están son los papás de los mencionados ruckeros, ya que la extensión de la cuidada de sus nietos, las bendis (que ya se quedaron con ellos todo el fin de semana de LFC) se va a aplazar al menos una semanita más. Alguien avíseles que el concierto es hasta noviembre, no faltará el luchón que aproveche la confusión y aproveche para irse a chavorruquear a un bar con banda de covers para indignarse cuando toquen La Planta y El Final.