REUTERS, 10 de julio de 2023

El día de hoy, desde las montañas de Tecamachalco y Huixquilucan, se emitió un comunicado de suma importancia para el devenir mundial. Tomando en cuenta que los pueblos originarios del mundo se han manifestado a favor de sus derechos, los habitantes originarios de esos municipios se han manifestado como un nuevo pueblo con costumbres propias, sujetas a la protección del derecho internacional. El nuevo grupo humano, con sus característicos ojos verdes y azules, sus pieles blancas por siglos de marginación en sus humildes mansiones, y sus típicas vestimentas Prada y Oscar de la Renta, exigen ahora el respeto a su identidad y a sus tradiciones. Este grupo marginal se ha aglutinado en una organización política bautizada como ECPN (Ejército Clasista de Privatización Nacional), mismo que tiene ya simpatizantes en varias partes del mundo.

La vocera de la nueva organización, y también candidata la presidencia de la República, Subcomandante Xóchitl, transmitió el comunicado, denominado desde ahora “Los Acuerdos de Valle de Bravo”,  en donde se exige que las costumbres milenarias de estos pueblos, tales como la evasión de impuestos, la subcontratación de empleados y la transferencia de capitales a paraísos fiscales sean protegidas por las convenciones internacionales: “Estas pobres gentes marginadas llevan años (en específico, cinco), sojuzgadas por un gobierno corrupto y opresor, cuando sólo quieren vivir su vida con libertad y gozando del pleno reconocimiento de los demás seres humanos”, declaró la candidata en conferencia de prensa. “Ellos solo quieren recuperar su mundo, su cosmovisión. ¿qué tiene de malo que ellos, en su sabiduría ancestral, quieran que el dólar esté a cuarenta pesos? ¿A quién afecta que pretendan erguirse como defensores de la zona sagrada de Tulum y Playa del Carmen, donde tienen sus típicos departamentos Airbnb desde tiempos remotos? Ellos son la voz de nuestros ancestros, de nuestros sagrados dioses, y desean ser respetados. Ya basta, presidente, de sojuzgar a estas humildes personas”. Concluyó la subcomandante y segura futura presidenta.

De inmediato, el famoso filántropo y protector de los derechos humanos, Fray Claudio X. González, se solidarizó con este grupo marginado. “Yo, que solo soy un siervo, que soy el más pequeño de los hijos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, me inclino ante estas gentes valientes que siguen marchando por sus derechos en sus típicos vehículos BMW y Mercedes Benz. Siempre tendrán mi apoyo en su lucha”.