1. El inmundo calor de la temporada. Así es, durante la temporada de semana santa siempre hay un calor horroroso y e viernes santo casi sin falla, llueve aunque sea poquito. Según contaban las abuelitas de antes, no las de ahora que andan todas tatuadas, al nublarse o con la caída de lluvia, se dice que el cielo está triste, por la muerte de Jesucristo. Pero aunque llueva, el pe…regrino calor nomás se alborota y no se quita.

2. Todos intentan refrescarse la cola. Como ya dijimos el calor de la temporada es brutal, por lo que todos buscan refrescar la colita ya que suda bastante, y para ello, buscan ir a balnearios cercanos a las ciudades en donde viven. Por ejemplo los chilangos invaden Morelos y atiborran Las estacas, El real de San Nicolás y por supuesto Oaxtepec, que ahora tiene un nombre gringo pero que es igual de populoso que siempre. Y ya si no tienes para irte aunque sea a 2 horas de la CDMX, aplicas la de ir a las fuentes brotantes o de plano pegarte un clavado en la fuente. Total, la onicomicosis no es un hongo, es un estado mental.

3. Se atascan las marisquerías. A todo mundo le entra la de… “debo comer pescados porque son días de guardar y no hay que comer carne” pero, que tal en la marisquería se ponen una peda de albañil porque pues… el calor y el coctel de camarón son como uno mismo. Allí si no dicen que “son días de guardar”… y luego ya bien borrachotes bien que se dan sus bocados de carne… de humano.

4. No hay tráfico en las mañanas. Es de las cosas que más se disfrutan ya que los chamacos andan de vacaciones. Uno puede salir muy a gusto por las mañanas sin encontrarse tráfico alguno, es más, hasta te puedes subir al metro Pantitlán a las 8 de la mañana y en una de esas agarras asiento.

5. Las películas se semana santa en la tele. Desde Ben Hur, los 10 mandamientos hasta Marcelino Pan y vino, todas esas pelis que en algún punto tocan con el cristianismo salen a la luz especialmente en la televisión abierta. Es cuando si no tienes cable dan ganas de matarte.. o de empedarte. Bueno, también pasan la peregrinación de Iztapalacra en todos los canales, y pese a que todos sabemos en que acaba… hay quien lo ve para sorprenderse con el final.

Antes cuando éramos jóvenes los de este portal, otra señal era echar sendas cubetadas de agua al prójimo en sábado de gloria pero hoy la última señal es que el transporte público huele a PASOCU por falta del líquido vital y el calor. (Acrónimo de patas, sobaco y cu…)